Sira y yo
Jul
Bloc de notes

LAS MANOS DE MI PADRE

 

Él nació en 1918

Siempre tengo presente sus manos

Manos grandes

No eran de un trabajador manual

Pero tenían muchas destrezas

Y a pesar de su profesión directiva

Siempre estaban a punto

De competir con lo mandado

En una fábrica de quesos

 

Siempre tengo presente sus manos

Ahí radicaba la paternidad

Luego su voz y su mirada

Pero las manos eran protección

Seguridad y determinación

La justa autoridad del padre

 

Siempre tengo presente sus manos

Aquel día que con su enorme pañuelo

Me consiguió, sonándome,

Extraer el pizarrin que yo

Me habia metido en la nariz

Resonó su voz conminativa

Yo entre sollozos de mis cinco años

Asustado

Pero absolutamente abandonado

A su autoridad, a su sanación

 

Siempre tengo presente sus manos

El día que me enseñó a lavármelas

Mis pequeñas manos entre las suyas

Aplicando el jabón

-otro día me enseñó a hacer pompas-

Entre los dedos, concienzudamente

Uno y otro, por delante y por detras

Una higiene intensa…

Me lo recordaron vivamente

Las instrucciones de nuestra actual pandemia

Y las manos minúsculas enjabonadas

de mi nieta Sira entre las mias

 

Siempre tengo presente sus manos

Nació en el 1918 en un pueblín de Asturias

Su madre con 27 años enfermó de la gripe

Luego su padre, el maestro Teodoro

Que había introducido en la escuelina

El método Montesori

Enfermó con 30 años y murió

Mi padre quedó huérfano con 7 meses

 

Cuántas veces Elisa, la joven viuda

Entre sollozos, le habría lavado las manos

Ese gesto que incluía la salvación o la muerte

Siempre tengo presente sus manos

 

La Floresta,  2 de junio del 2020,

A 800 km de Sevares, Asturias.

Y tan cerca de la aventura humana

No hemos de olvidar las manos

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