Un hombre, una fachada.
Aguantada en pie,
como un recuerdo.
Y como una bandera de lo que fue
se ha ido vaciando por dentro
agotando su función
hasta ser improductivo.
Pero lo había sido:
Dió hijos, hizo tareas
incluso construyo algún mundo.
Pero ya no. Solo fachada.
Qué lo rellenará?
Qué nuevos espacios…
qué nuevas funciones?
Así el hombre se ha de reconstruir
destruyendo su interior
manteniendo su fachada
rehabilitando su interior
ahora más sostenible
más acorde
con la nueva función que se le demanda.
Cuál es? Alguien lo sabe?
Que se lo digan. Sino la fachada caerá hecha añicos.
El hombre vencido.
Barcelona, abril 2018.